miércoles, 22 de febrero de 2012

Diagnóstico

MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO
            El cáncer de próstata es curable cuando se detecta precozmente. Sin embargo, sus primeras etapas pueden no dar lugar a síntomas apreciables, por lo que a menudo pasa desapercibido hasta que el paciente acude para una exploración física rutinaria. El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante algunas de las exploraciones siguientes.
TACTO RECTAL
            Para realizar esta prueba, el médico introduce un dedo enguantado y lubricado en el recto para detectar la presencia de bultos en la próstata. El recto se encuentra justo por debajo de la glándula prostática, y la mayoría de los tumores empiezan por la región posterior de la glándula.  Si se detecta alguna anomalía, hay que realizar otras pruebas para confirmar los hallazgos.
ANÁLISIS DE SANGRE
            Los análisis de sangre se utilizan para medir las cantidades de determinados marcadores proteicos, como el antígeno especifico prostático (PSA), que circula por la sangre. Las células normales que recubren la próstata suelen producir esta proteína y, en pequeña cantidad, se puede detectar en la sangre. Sin embargo, los cánceres de próstata producen una gran cantidad de la misma que se puede detectar fácilmente en la sangre. De esta forma, cuando se encuentra PSA en la sangre en cantidad superior a la normal para el grupo de edad concreta del paciente, se sospecha que existe un cáncer.




ECOGRAFÍA TRANSRECTAL.
            Se coloca una pequeña sonda en el recto y se emiten ondas sonoras a través de ella. Estas ondas alcanzan el tejido prostático y su reflejo da lugar a la creación de la imagen. El tejido normal y los tumores de próstata reflejan las ondas sonoras de forma diferente. Aunque la utilización de la sonda en el recto resulta algo incomoda, el procedimiento suele ser indoloro y a lo mucho tarda unos 20 minutos.
BIOPSIA DE PRÓSTATA
            Si sospecha un cáncer a partir de los resultados de cualquiera de las pruebas anteriores, el médico solicita una biopsia mediante la obtención de una pequeña porción de tejido prostático con una aguja fina. Esta muestra se estudia al microscopio para buscar la presencia de células cancerosas. La biopsia de próstata es la prueba diagnóstica definitiva para la detección del cáncer.
            Si detecta un cáncer durante el examen microscópico del tejido prostático, el patólogo establece la clasificación en grados del tumor, utilizando el método llamado sistema de Gleason. Esto significa que va a clasificar el tumor en una escala de 1 al 10 para indicar su agresividad. Los tumores con la puntuación más baja es menos probable que crezcan y se diseminen a diferencia de los tumores con puntuaciones mayores.
RADIOLOGÍA Y TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS POR IMAGEN
            Se solicitara una radiografía de tórax para determinar si el cáncer se ha extendido a los pulmones. Las técnicas de diagnóstico por imagen (como tomografía computarizada y la resonancia magnética), en las que se emplea un ordenador para generar una imagen detallada de la próstata y de las aéreas cercanas, se realizan para obtener una visión más clara de los órganos internos. También se utiliza la gammagrafía para estudiar si el cáncer se ha diseminado hacia el hueso.

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